Papel de las mujeres en la agricultura familiar, campesina e indígena
| Autor | Liss Pérez |
| Cargo | Educadora Popular, Feminista, activista social y por los derechos de las mujeres |
| Páginas | 41-59 |
Situación de la Gobernanza de la Tierra en Guatemala y la importancia de
la Agricultura Familiar a nivel de país y de América Latina
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PAPEL DE LAS MUJERES EN
LA AGRICULTURA FAMILIAR,
CAMPESINA E INDÍGENA
Sin dejar de ver la realidad, es fundamental e importante
Liss Pérez1
1 Liss Pérez, Educadora Popular, Feminista, activista social y por los derechos de las
mujeres. Ha realizado una serie de documentos para la formación política en derechos,
para la incidencia; investigaciones y sistematización de experiencias, que hace posible la
construcción desde un paradigma crítico emancipador, liberador feminista y “decolonial”,
con propuestas para la transformación de las realidades y la construcción de propuestas
para la vida.
Nombre completo: Juana Lisseth Pérez Arrecis, guatemalteca, licenciada en pedagogía y
estudios de las ciencias jurídicas y sociales en la USAC.
Revista Territorios XV
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Resumen
“El papel de las mujeres en la agricultura familiar es fundamental e
importante” a pesar de las realidades de vida en los diferentes territorios.
Por lo que, para su desarrollo, se hace necesario hacer una serie de
interrogantes que invitan a reflexionar e invita a sumar esfuerzos para
cambiar una realidad de vida que hay compromiso de transformar.
Es importante hacer la diferencia entre el papel y el rol de las mujeres en
la sociedad, y cómo la división sexual del trabajo genera desigualdades
y no ayuda a superar la discriminación, racismo, sexismo, clasismo
y violencia contra las mujeres. Una realidad de vida que atraviesa el
territorio, cuerpo de las mujeres y la tierra. Una realidad histórico
estructural que se ha demostrado a lo largo de los últimos años, por
aportes, especialmente, de mujeres y feministas, así como en el marco
de la búsqueda de justicia por las mujeres sobrevivientes de violencia
sexual durante el conflicto armado interno. Ellas narran cómo su
cuerpo fue violentado y como esto se relaciona a una lógica patriarcal,
capitalista y colonialista de explotación, despojo y control en una
relación estrecha entre las mujeres y la tierra como objetos de posesión.
Esta relación se ha desarrollado y fijado en el imaginario social a través
de ideas, pensamientos, creencias basadas en un orden jerárquico de
explotación y desigualdades, que han definido una serie de roles a las
mujeres y a los hombres por el hecho de ser, por el cuerpo sexuado
que les distingue. Esto en referencia a que históricamente se registra
la división sexual del trabajo, la cual se desarrolla en una lógica basada
en relaciones de poder desiguales, en un orden jerárquico que deja en
segundo plano a las mujeres.
Esta realidad concreta instala en el imaginario social que el “trabajo
de las mujeres” son los “oficios domésticos para referirse al cuidado
de la familia, elaboración de alimentos, salud, educación, etc. dentro
de la casa”. Y si sale de casa y recibe un pago se le llama “trabajo
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